EFICIENCIA ENERGÉTICA Y SOSTENIBILIDAD

La Eficiencia Energética es la práctica que tiene como objetivo reducir el consumo de energía. Por lo tanto, el uso eficiente de la energía busca optimizar los procesos productivos y el empleo de la energía utilizando lo mismo o menos para producir más bienes y servicios. La Eficiencia Energética está ligada a las Smart Cities, y por lo tanto es de vital importancia para la evolución de las ciudades del futuro.

La Sostenibilidad se refiere, por definición, a la satisfacción de las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas, garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social. De aquí nace la idea del Desarrollo Sostenible, como aquel proceso que mantiene ese delicado equilibrio hoy, sin poner en peligro los recursos del mañana. No se puede pensar en una evolución de las ciudades hacia las Smart Cities dejando a un lado la Sostenibilidad y Desarrollo Sostenible de las mismas.

Por lo tanto, los comunicados de esta área temática deberán centrase en la Eficiencia Energética y Sostenibilidad, tratando de centrar los esfuerzos de los trabajos presentados en el beneficio que aportan sobre la ciudad. También tendrá cabida, como es lógico, comunicados referentes a Smart Buldings, Eficiencia Energética en edificación, edificios de consumo de energía casi cero (nZEB), ejemplos de proyectos sostenibles, sostenibilidad energética y alimentaria en ciudades, etc.

INFRAESTRUCTURAS, ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE

Las Infraestructuras Inteligentes son el pilar sobre el cual las ciudades modernas sustentan su desarrollo. Para poder implementar todo el conjunto de mejoras que las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) ofrecen, es imprescindible que los edificios, los transportes o los servicios básicos se doten de una estructura física que sea capaz de adoptar, ejecutar y desarrollar las tecnologías aplicadas a la Smart City. Las infraestructuras, por lo tanto, son imprescindibles para satisfacer el crecimiento de las ciudades y la urbanización en las mismas. Gracias a la adopción de estas nuevas infraestructuras inteligentes, las Smart Cities han podido dar el gran salto de calidad hacia la era digital, buscando desarrollarse de forma sostenible.

Las ciudades, aun trabajando en el paradigma de Smart City, son grandes consumidoras de Energía. Por ejemplo, según la Comisión Europea de Smart Cities, el mayor consumo de electricidad se da en las ciudades, y este consumo es responsable de aproximadamente el 30% de las emisiones de CO2 a la atmósfera. En este contexto en el que solo el 32% de la electricidad consumida se genera a través de fuentes de energía renovables y alrededor del 14% de la energía suministrada se pierde durante su transmisión en las redes de distribución urbana, quedan en evidencia los grandes retos energéticos al que se enfrentan de las Smart Cities del siglo XXI:

  • Mejorar los niveles de Eficiencia energética en la trasmisión y distribución de las redes eléctricas en la Smart City.
  • Conseguir una mayor Integración de las energías renovables en la red eléctrica.
  • Disminuir las emisiones de CO2 y otros gases a la atmósfera como consecuencia del consumo energético.
  • Implicar al consumidor final en el Uso Inteligente de la Energía (UIE) y en su transformación hacia la figura de productor-consumidor (“prosumer”).

La preocupación por el futuro de las ciudades no sólo se debe al aumento de la población, sino también al impacto que tiene ese incremento sobre el Medio Ambiente. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), los núcleos urbanos consumen entre el 60 y el 80% de toda la energía del planeta pero, además, generan el 75% de las emisiones de gases contaminantes. Es decir, si a estas elevadas cantidades les añadimos todavía más habitantes, con su potencial incremento de contaminación y uso de recursos, el impacto sería devastador si no se plantean medidas. Por ello, la capacidad de crear espacios urbanos más habitables y el cuidado del entorno son los principales beneficios del concepto Smart City. Un campo en el que se está avanzando mucho son las aplicaciones relacionadas con la gestión de los residuos urbanos. Podemos encontrar cada vez con más frecuencia sensores que avisan, por ejemplo, cuando los contenedores están llenos y ayudan a planificar la retirada de los residuos según las necesidades reales de la ciudad. Relacionado con las zonas verdes, el uso de sistemas de automatización de riego es posible a través de programadores y temporizadores. Esto, complementado con la información proporcionada por pluviómetros, puede ajustar el riego y ahorrar mucha agua en el contexto de las ciudades.

Por lo tanto, los comunicados de esta área temática deberán centrase en Infraestructuras Inteligentes, Energía y Medio Ambiente, tratando de centrar los esfuerzos de los trabajos presentados en el beneficio que aportan sobre la ciudad. También tendrá cabida, como es lógico, comunicados referentes a integración de fuentes de generación renovable en ciudades, interacción entre infraestructuras, regulación ambiental en ciudades, cambio climático y mejora del medio ambiente en ciudades.

MOVILIDAD E IOT

Según la ONU, actualmente más de la mitad de la población mundial vive en zonas urbanas, cifra que se espera aumente hasta el 70% en 2050. Además, a día de hoy, el 70% de la riqueza global se genera en las ciudades. Es por esto que las políticas y esfuerzos presupuestarios dedicados por los gobiernos centrales a las ciudades están aumentando significativamente en un gran número de países, al considerarse éstas como los motores básicos del crecimiento económico. Si nos centramos en la Unión Europea, actualmente más del 60% de la población vive en ciudades, generando 85% de la riqueza de acuerdo con el Green Paper on Urban Mobility (EC, 2007).

Uno de los elementos fundamentales para fortalecer la vitalidad económica de las ciudades es que sigan pautas de Movilidad eficientes y sostenibles asegurando así el intercambio de personas y mercancías de modo eficiente, pero limitando las externalidades ambientales y sociales. No sólo es importante reducir los impactos ambientales, sino que se debe asegurar que la calidad de vida en este entorno sea lo más alta posible, para que las ciudades sean lugares donde la actividad social y económica sea atractiva.

En este marco y gracias a las innovaciones tecnológicas surge el concepto de Smart City como una herramienta para conseguir ciudades más eficientes y sostenibles. Su objetivo es lograr el desarrollo sostenible y la calidad de vida en la ciudad de forma eficiente, basándose en la cooperación entre distintos agentes articulados por la municipalidad. En el ámbito de la Movilidad Urbana, las Smart Cities juegan un papel muy importante en la resolución de los problemas mencionados anteriormente. Así los nuevos avances tecnológicos posibilitan un entorno cooperativo en el cual los usuarios de la vía, los sistemas de transporte, las infraestructuras y otros agentes externos estarán conectados. Las nuevas soluciones de Movilidad Inteligente se presentan como una gran oportunidad para optimizar y mejorar la planificación y operación eficiente de los sistemas de transporte, así como para contribuir a reducir sus principales externalidades.

Gestión de Tráfico y Localización de Activos son algunas de las principales aplicaciones alrededor de la Movilidad. Pero la Movilidad también puede entenderse con otro propósito, como cultural, deportivo, etc.; y es aquí donde nuevamente las TIC desempeñan un papel crítico.

Resulta evidente la necesidad de implementar políticas de apoyo, refuerzo y promoción de la Movilidad Eléctrica como primer paso fundamental en un cambio de modelo energético y de sostenibilidad energética. Aunque el liderazgo de los cambios globales debería recaer en el sector privado: por ahorro de costes, por eficiencia, por avance tecnológico, cambio e innovación; en esta situación de crisis deben apoyarse estos cambios en la Administración pública. Por lo tanto, el Vehículo Eléctrico (VE) como principal actor de la Movilidad Eléctrica debe abrirse camino en las ciudades.

Las Smart Cities ya no son una promesa de futuro sino una prioridad al alza para gobiernos de todos los tamaños (locales, regionales y estatales) además de suponer un área de negocio floreciente para empresas de tecnología y operadoras con áreas de negocio en Internet of Things (IoT). Como recoge la Alliance for Internet of Things Innovation (AIOTI) en sus informes, el IoT es la base fundamental sobre la cual se construyen las Smart Cities. El desarrollo de las Smart Cities ocupan el tercer puesto en el ranking de áreas impulsoras del crecimiento del mercado IoT, ya que los proyectos vinculados a esta tecnología en el ámbito de las smart cities generarán una cifra cercana a los 129.000 millones de euros en 2020, cifra que pronostica la consultora MarketsandMarkets.

Por lo tanto, los comunicados de esta área temática deberán centrase en Movilidad e IoT, tratando de centrar los esfuerzos de los trabajos presentados en el beneficio que aportan sobre la ciudad. De la misma forma tendrán cabida comunicados sobre movilidad ciudadana, vehículo eléctrico, movilidad alternativa (cilclo vías, peatonalización, etc.), ciberseguridad y comunicaciones y sistemas en las Smart Cities.

GOBERNANZA Y ORDENACIÓN Y CIUDADANÍA

El potencial para extender la escala de proyectos actuales o para crear réplicas en otras ciudades o áreas requiere contar con el apoyo de una Gobernanza y liderazgo fuerte, un patrocinio sostenible y una adecuada presencia y combinación de grupos de interés y agentes participantes. Por lo tanto, la Administración Pública local debe ser parte, y tomar parte, en los proyectos alrededor de las Smart Cities.

Las tecnologías digitales por sí mismas no hacen a las ciudades “inteligentes”, sino el uso que la gente hace de ellas, especialmente considerando que buena parte de ellas funcionan sobre la base de nuevas formas de colaboración (comentarios de restaurantes, vehículos compartidos, datos de tráfico, reportes de incidencias, etc.). Aunque estos datos pueden recogerse automáticamente, es necesario un nivel mínimo de involucración, la emisión del consentimiento para el uso de los datos generados y mayores grados de participación. Por ello, las tecnologías digitales que hacen a la ciudad más inteligente son aquellas que se sustentan y reflejan en movimientos urbanos de carácter social, cultural, artístico con cierta profundidad y compromiso. Es decir, una Smart City se sustenta en una activa participación ciudadana. Para ello es necesario sensibilizar a los Ciudadanos para involucrarlos en este tipo de proyectos. La información emitida por los Ciudadanos forma parte del valor generado por otros actores tales como proveedores de servicios urbanos, empresarios, y la propia ciudad.

Los Ciudadanos demandan nuevos tipos de servicios que les ayuden, les faciliten la vida, les den seguridad y sobre todo les permitan ahorrar tiempo. Ello implica recurrir al entorno digital que viabilice ganancias de eficiencia y bienestar en el entorno físico.

Por lo tanto, los comunicados de esta área temática deberán centrase en Gobernanza y Ordenación y Ciudadanía, tratando de centrar los esfuerzos de los trabajos presentados en el beneficio que aportan sobre la ciudad. De la misma forma tendrán cabida comunicados sobre gestión comunitaria, participación ciudadana, etc.